Actualizado el jueves 16/MAY/24

Rayos de Fe

Somos inmortales. 

No somos eternos como Dios, sino que somos sempiternos, es decir, hemos comenzado a existir, pero ya no dejaremos de existir jamás, porque lo que Dios crea, no lo destruye, y ya sea que vayamos al Cielo o al Infierno, permaneceremos allí para siempre, por los siglos de los siglos. O como también se dice: “Mientras Dios sea Dios”. ¡Terrible palabra! Gozosa si vamos al Cielo, pero tremenda de un horror imposible de imaginar, si es que vamos al Infierno.

Y está en nosotros el decidir adónde queremos ir, y poner los medios para alcanzarlo.

Tenemos que cumplir los Diez Mandamientos, sabiendo que si no lo hacemos, ponemos en peligro nuestra salvación eterna.

Por eso dice San Pablo que quien sea cuerdo, que se vuelva loco, porque esto de pensar en la eternidad es para volverse un poco loco, ya que da vértigo el pensar en ella.

Dice San Agustín: “Dios te ha creado sin ti, pero no te salvará sin ti”. Es decir que Dios no nos ha pedido nuestro consentimiento para traernos de la nada a la existencia, y en un acto de infinito amor ha creado nuestra alma y la ha infundido en un cuerpo, en el momento de nuestra concepción, por nuestros padres. Pero desde ese momento ya no dejaremos de existir, y depende de nosotros el destino que nos forjemos.

Ya estamos embarcados en esta aventura de la existencia y no podemos mirar para otro lado porque cada uno de nosotros es el actor principal de su propia película, y depende de nosotros que ella tenga un final feliz.

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"¡Simón, Simón! Mira que Satanás ha solicitado el poder sacudirlos como trigo; pero yo he rogado por ti, para que tu fe no desfallezca. Y tú, cuando hayas vuelto, confirma a tus hermanos." (Lc 22, 31-32)

"Bien sabemos por qué perturbaciones están hoy agitados, en lo tocante a la fe, algunos grupos de hombres, los cuales no escaparon al influjo de un mundo que se está transformando enteramente, en el que tantas verdades son o completamente negadas o puestas en discusión. Más aún, vemos incluso a algunos católicos como cautivos de cierto deseo de cambiar o de innovar. La Iglesia juzga que es obligación suya no interrumpir los esfuerzos para penetrar más y más en los misterios profundos de Dios, de los que tantos frutos de salvación manan para todos, y, a la vez, proponerlos a los hombres de las épocas sucesivas cada día de un modo más apto. Pero, al mismo tiempo, hay que tener sumo cuidado de que, mientras se realiza este necesario deber de investigación, no se derriben verdades de la doctrina cristiana. Si esto sucediera -y vemos dolorosamente que hoy sucede en realidad-, ello llevaría la perturbación y la duda a los fieles ánimos de muchos." (Papa Pablo VI)

Es por eso que he creado esta sección, Rayos de Fe; como quien dice Rayos de Sol, es decir, rayos de luz que fortalezcan nuestra fe y la de muchos. En ella iremos repasando las verdades fundamentales de nuestra Santa Religión Católica, tomando como referencia los artículos del Credo del Pueblo de Dios, compuesto por el Papa Pablo VI.

Esta sección es creada el 29 de junio de 2009, solemnidad de los Santos Pedro y Pablo, apóstoles, a quienes se la encomendamos.